16 julio 2006

¿ES LA REALIDAD REAL?

La pregunta "¿qué es la realidad?" ha hecho correr ríos de tinta. A pesar de que lo obvio es que sólo "son" las "cosas que son", no pocos filósofos han escrito sendos tratados sobre la esencia misma de la realidad. Los científicos, por su parte, cada vez más desconcertados con el mundo atómico, se hacen el mismo cuestionamiento. Y para colmo, ha surgido toda una nueva generación de películas que hacen de Internet el pretexto para cuestionarse si la realidad en que vivimos es la "realidad real" o es un simple montaje construido por una conspiración, o acaso simplemente somos prisioneros de nuestas mentes... El Ojo de la Eternidad aborda un tema que para los filósofos es más candente que nunca.


[IMAGEN SUPERIOR: "Alto y bajo", de Escher. Este artista se hizo una carrera jugando con las paradojas de la percepción, y plantea desde el punto de vista plástico un inquietante problema: ¿es la realidad algo objetivo en el exterior, o más bien la "realidad" es sólo lo que percibimos con los sentidos?].

EL PROBLEMA DE LA REALIDAD.
¿Es la realidad real? ¿Por qué las cosas son? Esta pregunta ha rondado en los pasillos de la intelectualidad humana desde que la civilización es civilización, si es que no desde que el mundo es mundo. Muchos teóricos en materia filosófica, teológica, científica, y ahora más modernamente informática, se han metido en los vericuetos de determinar qué es lo que existe allá afuera, y si el mundo es en realidad algo que existe, o bien una mera construcción psicológica de nuestros sentidos y nuestra mente.
Los dos caminos más simples son, por supuesto, afirmar uno de los extremos. Los científicos mecanicistas del siglo XIX, por ejemplo, veían al universo como un gigantesco reloj mecánico, y sostenían que nuestra ignorancia provenía del hecho de no conocer ciertos engranajes de ese mecanismo... pero que llegaríamos a conocerlos todos algún día. Sin embargo, después de la Teoría de la Relatividad (todo movimiento es relativo al punto de observación) y la Mecánica Cuántica (no se puede conocer al mismo tiempo el movimiento y la posición de una partícula), ya no están tan seguros.
La otra postura radical es negar la realidad. Descartes, en el siglo XVII, con su célebre "duda metódica", descartaba el universo entero y luego, a partir del hecho de su propia autoconciencia, postulaba "cogito, ergo sum" ("pienso, luego existo"). O sea, él infería su propia existencia a partir de que él pensaba. Esta posición, llamada solipsismo, es considerada la más indefendible e inatacable de todas las posiciones filosóficas posibles, porque como todo el universo es una construcción mental personal, cualquier ataque o defensa es algo, en última instancia, imaginario, e imposible de probar.
En medio han estado otros filósofos que han planteado algunas cuestiones y respuesta peregrinas. En la Antigua Grecia, Parménides planteaba lo suyo de la siguiente manera: el Ser es, y el No-Ser no es, no puede existir porque no es. El ser no puede dejar de existir, porque entonces pasaría a "no ser", y eso es lógicamente imposible. Tampoco puede haber comenzado a existir, porque lo que no es, no puede llega a ser. En consecuencia, Parménides negaba el cambio como una mera ilusión de los sentidos, ya que el cambio implica que algo deja de ser una cosa para pasar a ser otra. Estas simples operaciones intelectuales le seguirán pareciendo buena idea a Martin Heidegger, filósofo alemán del Tercer Reich, quien distinguía entre el "Ser" y los "entes". Los entes son las cosas individuales, y el Ser (Dasein), los que las hace llegar a ser. Por desgracia, su gruesa obra "El ser y el tiempo" no hace mayores avances, con lo que 2500 años después, Parménides seguía imbatido.

LA PERSPECTIVA CIENTÍFICA.
En general, los científicos no se han cuestionado demasiado el tema de la "realidad de la realidad", por una razón práctica: la buena ciencia exige atención a los hechos individuales, y construye a partir de estos casos particulares sus leyes generales. Al buen científico no le preocupa la esencia de la caída de la manzana, sino que de los casos individuales de caídas de manzana puede extraerse una Ley de la Gravedad según la cual las manzanas caen con una aceleración constante de 9,8 metros partidos por segundo al cuadrado ("considere el roce como despreciable").
Sin embargo, desde la imposición de la Teoría de la Relatividad y la Mecánica Cuántica, las cosas han cambiado. Hasta ese entonces el poste de amarre había sido el espacio absoluto y el tiempo absoluto postulados por Newton en su Teoría de la Gravedad. Sin embargo, de pronto ambas disciplinas enseñaron que el universo no era determinista en absoluto. El propio Einstein, enojado con la Mecánica Cuántica, había dicho que Dios no juega a los dados, pero años después, Stephen Hawking retrucó que Dios no sólo juega a los dados, sino que además los arroja allí donde no podamos verlos.
Según la Teoría de la Relatividad, la medición del espacio y del tiempo es relativa al punto de observación. Por ejemplo, una persona embarcada en nave espacial acelerada a una velocidad próxima a la de la luz, sentiría que el universo entero se acelera porque su propio tiempo se dilata. Un observador externo de esa misma nave, por el contrario, vería a la nave hacerse más lenta porque el espacio de la misma se contraería. ¿Cuál de las dos es verdadera? Ambas: la dilatación del tiempo es el correlato de la contracción del espacio.
La Mecánica Cuántica, por su parte, ha ido develando un mundo subatómico cada vez más complejo, desconcertante, y por qué no decirlo, contraintuitivo. A comienzos del siglo XX se pensaba que los electrones en órbita atómica se comportaban como los planetas en un sistema estelar. Pero después, al observarse que las partículas pueden comportarse como tales, y también como ondas, se llegó a la conclusión de que no podía conocerse al mismo tiempo la posición de un electrón (o sea, medirlo como partícula) y al mismo tiempo su velocidad (o sea, medirlo como onda). Además, en los modelos subatómicos empezó a aparecer una frondosa jungla de partículas subatómicas virtuales, cuya existencia sólo tenía sentido en los modelos matemáticos, sin correlatos reales observables. Los quarks, componentes de partículas pesadas como protones y neutrones, se llevaron la palma: sólo pueden existir agrupados en racimos dentro de una partícula, pero no pueden existir en forma individual. De esa densa niebla subatómica en donde muy poco puede ser medido con precisión, emerge nuestro sólido y viejo mundo.
Peor aún: en los últimos años el desarrollo de las matemáticas fractales y las del caos han creado una convicción de que el universo es, en el mejor de los casos, meramente probabilístico. No podemos saber si una tormenta estallará o no, sino que conocemos una cierta probabilidad de cómo evolucionará. Y si no podemos llegar a tener una razonable certeza sobre un acontecimiento futuro, ¿qué tan seguros podemos estar de que ese acontecimiento es en verdad "real", de que no es una especie de cálculo matemático sin correlato en el mundo empírico...?
Esta cuestión ha puesto a muchos científicos de cabeza. ¿Son los modelos científicos y matemáticos "la realidad"? ¿O es un mero apoyo, quizás una simple muleta, pero sin mayor asidero en el mundo físico? En su tiempo, la Teoría Geocéntrica, con sus epiciclos y deferentes explicaba muy bien la realidad... hasta que las observaciones con el telescopio la hicieron saltar po los aires. La Teoría Geocéntrica no era "la realidad", pero ¿quién nos asegura que la Teoría Heliocéntrica actual lo sea? De hecho, según la Teoría de la Relatividad, las órbitas planetarias en realidad serían un movimiento rectilíneo: es el espacio curvado por la gravedad del Sol el que hace parecer esas órbitas como círculos cerrados en sí mismos...

LOS CUESTIONAMIENTOS RELIGIOSOS.
Frente a esto, las religiones han postulado muchas respuestas distintas. El Cristianismo no se hace mayores cuestionamientos sobre la naturaleza de la realidad. Sin embargo, algunos teólogos han llegado hasta este tema por el problema de la omnipotencia divina. O sea, si Dios es todopoderoso... ¿pudo haber hecho las cosas diferentes?, ¿pudo haber creado un universo con, digamos, menos mal y más bien? Algunos teólogos extremos como Guillermo de Ockham, en el siglo XIV, se han ido por la afirmativa (Dios puede crear otro universo distinto si quiere, y si hay alguna razón por la que creó éste, sólo Dios la sabe). Sin embargo, éstos son casos raros, porque cuestionan la bondad innata de Dios. La mayoría ha buscado un cierto equilibrio entre la bondad y la omnipotencia divina, y en esto de establecerle limitaciones a la capacidad creadora de Dios, han postulado implícitamente una realidad que pareciera querer trascender al mismísimo Dios. Y estos cuestionamientos no son propios sólo del Cristianismo; también el Islam ha debido lidiar sus propias batallas al respecto, entre sus propios teólogos.
Las religiones del tronco índico, como el Budismo Mahayana o el Hinduismo, son quienes han llegado más lejos en el planteamiento de este problema. Para estos pensadores, el universo entero es infinito en el tiempo y en el espacio, y hay una realidad suprema e inmanente que lo trasciende todo, incluyendo a los mismísimos dioses. El "ser" es una simple ilusión, y la meta en la vida es liberarse del ser y su red de ilusiones para adentrarse en la pasividad suprema del Nirvana. En este contexto, preocuparse por la naturaleza de la realidad carece de todo sentido, ya que el propio ser humano nunca llegará a aprehender ésta como tal, y cuando lo logre, ya no será un ser humano, y ni siquiera un "algo" con existencia particular, hundido como estará en el Nirvana.

09 julio 2006

INDICE DE ARTÍCULOS PUBLICADOS EN EL PRIMER SEMESTRE DE 2006.

El Ojo de la Eternidad está a punto de cumplir su primer año de vida, el próximo 9 de Agosto. Por eso, ahora que cumplimos once meses, ofrecemos un pequeño regalo para nuestros lectores: el índice de artículos originales publicados en EODLE durante el primer semestre (Enero a Junio) de 2006. Con esta entrada, podrán ubicar más fácilmente aquellos artículos de relevancia e interés. Y con esto, los invitamos a continuar visitando nuestro blog.

SERIE ESPECIAL: BIOGRAFÍA DE JUAN PABLO II.

Parte 1: El polaco.
Parte 2: El sacerdote.
Parte 3: El Papa.
Parte 4: La superestrella.

ARTÍCULOS INDIVIDUALES.


Colaboración y competencia: La ciencia tras la "Regla de Oro".
¿Por qué las religiones predican la paz, la armonía y la concordia social, y actúan de manera tan diversa? Una explicación económica derivada de la Teoría de Juegos permite solucionar esta aparente contradicción.

La religión según el Código da Vinci.
A fin de cuentas, no son tantas las claves y secretos de la novela de Dan Brown, o de la película basada en el best-seller. Una breve reseña de sus principales aspectos, en qué acierta, y en qué yerra.

La resurrección.
La mayor parte de las religiones prometen la resurrección y la vida eterna a sus fieles. La cantidad de posibilidades para resucitar es bastante grande, incluyendo a dioses y héroes míticos.

La muerte.
El final de toda vida es la muerte. Así lo dice la ciencia. Pero la religión afirma algo distinto: la muerte no es el final, sino una etapa, o acaso el principio. Un par de explicaciones sobre lo que de verdad ocurre al finalizar nuestros días.

Benedicto XVI: Año uno.
Al cumplirse su primer año de mandato al frente de la Iglesia Católica, el pontificado de Benedicto XVI ha sido pródigo en desilusiones. En este artículo explicamos por qué.

Stanislav Lem: Más allá de lo que se puede conocer.
Habiendo fallecido en Marzo pasado, es hora de darle un examen a la filosofía de Stanislav Lem, uno de los escritores de intelecto más crudo en el siglo XX.

La desconocida historia del Cristianismo Celta.
Su historia ha sido sistemáticamente silenciada por la Iglesia Católica, pero los monjes irlandeses, en la Europa del siglo VI, no sólo fueron un faro de luz para las tinieblas culturales, sino también encendidos enemigos de la Iglesia.

María la Virgen.
Uno de los dogmas más discutidos y polémicos dentro de la Iglesia Católica es el estatus de María. ¿Era virgen? ¿Qué relación tenía verdaderamente con Jesús? ¿Por qué a este personaje le ha dado tanta importancia la Iglesia Católica...?

La religión del Destino Manifiesto.
La doctrina internacional de Estados Unidos, lejos de ser una realpolitik, tiene mucho de religioso. Rastreamos sus fuentes en los atavismos de los Padres Fundadores, y en la Masonería.

Osiris.
La historia del dios egipcio que es uno de los más tempranos ejemplos de "dios muriente", su muerte y resurrección, su papel político y su importancia cultural.

El misterio de la fuerza vital.
¿Qué es la vida? ¿Es una especie de fuerza mística? ¿Es un fenómeno metafísico, filosófico o religioso? ¿O es algo material que puede ser reducido a las leyes de la ciencia?

Mahayana: el Gran Vehículo del Budismo.
La rama más floreciente y pujante del Budismo es el Mahayana, el Gran Vehículo. Es también la más cercana en sus concepciones a lo que nosotros entendemos como una religión.

Lo gótico.
El florecimiento de la moda gótica a comienzos del siglo XXI es sólo el último eslabón de una larga cadena histórica de relaciones con la oscuridad. Esta es su historia.

La tolerancia de los intolerantes.
¿Qué hace una democracia moderna que debe tolerar toda clase de ideas en el libre juego democrático, cuando enfrenta a un fanatismo fundamentalista religioso al que debe aceptar aunque la victoria de dicho fanatismo signifique destruir a la propia democracia...?

Irak al borde de la guerra civil (otra vez).
La destrucción de la dictadura de Saddam Hussein sólo ha conseguido hacerle el juego a los fundamentalistas religiosos que nada quieren saber de democracia ni derechos humanos.

Darwin y el Evolucionismo: Una mala noticia para el Cristianismo.
El Darwinismo cayó como una bomba en medio de la atmósfera teológica cristiana, que se vio obligada a realizar varios ajustes en su concepción del ser humano.

Contra Deicide: La nueva batalla religiosa de Chile.
Una serie de sucesos propulsó a la banda Deicide al primer plano de la noticia en Chile, desatando el fanatismo y la intolerancia de los grupos fundamentalistas cristianos chilenos.

La hoguera de la intolerancia.
Las religiones en general promueven la intolerancia no sólo como desviaciones de sus propias reglas, sino porque hay en ellas el germen de una visión totalitaria de la existencia humana.

Benedicto XVI en Colonia: El Papa que surgió del frío.
En Agosto de 2005, Benedicto XVI emprendió su primera gira fuera del Vaticano como Papa. Lo hizo en medio de una enorme maquinaria publicitaria destinada a darle tatamiento de rockstar, demostrándose así discípulo aventajado de sus coterráneos los nazis.

Los Emperadores Solares.
Con miras a aprovechar la religión con fines políticos, numerosos reyes y emperadores se han divinizado a sí mismos. La Historia está llena de "hijos del Sol"...

Viñetas de Mahoma: El privilegio de ser musulmán.
La publicación de caricaturas que se burlaban de la religión musulmana en Europa, desató una violenta oleada religiosa antioccidental. Para peor, hubo intelectuales que apoyaron a los fanáticos religiosos...

Bajo el imperio de la Gran Diosa Madre.
Antes que llegaran al mundo las religiones patriarcales, hubo un extendido culto por una diosa femenina, la madre de todas las cosas. Esta es su historia.

La primera encíclica de Benedicto XVI.
En Enero pasado, Benedicto XVI publicó su primera encíclica, un documento miope y pretencioso en el cual demuesta ser un católico ultraortodoxo que no ha olvidado nada, ni aprendido nada.

Los entresijos de la religión de Japón.
En Jaón parecen convivir de manera más o menos amigable, el Shintoísmo tradicional, con el Budismo Zen. ¿Tiene Japón dos religiones en verdad? ¿O hay una explicación para este enredo?

La religión y "Los Simpsons".
La serie televisiva más exitosa de los últimos tiempos, famosa por su crítica social, presenta también una visión bastante peculiar del fenómeno religioso.

Chile 2006: La Presidenta y los religiosos.
En vísperas de asumir Michelle Bachelet como Presidenta de Chile, el país enfrenta algunos desafíos religiosos que no son menores.

Una ética racional: El sueño dorado de los filósofos.
¿Es posible fundamentar una ética o una moral a partir de la pura razón? Varios filósofos lo han intentado y se han estrellado miserablemente. ¿Fracasos puntuales, o síntomas de algo más, quizás de una empresa que en realidad no puede intentarse con éxito...?

El Sionismo.
Un retrato de uno de los más importantes movimientos religiosos y políticos del siglo XX, que en el XXI sigue ocupando un buen lugar dentro de la agenda mundial.

La Masonería: A la gloria del Gran Arquitecto del Universo.
Retrato de una de las instituciones filosóficas, políticas y esotéricas más importantes del último cuarto de milenio en Occidente.

Narnia y su creador.
Las Crónicas de Narnia, más allá de su valor literario, son uno de los grandes monumentos de lo que podríamos calificar como "Literatura Católica", en el siglo XX.

El calendario y la religión.
Existe una profunda vinculación entre la actividad religiosa, y la confección de calendarios, incluyendo la fundación de nuevas eras a partir de un "año cero" cualquiera.


EL SUPERHÉROE COMO REDENTOR.

Hace poco han comenzado a circular por Internet los rumores sobre que Superman representaría en cierta medida al Judaísmo, y que Superman sería, en efecto, judío, rumores que se han intensificado por la próxima llegada de la película. En cierto sentido eso es cierto, pero en uno más amplio, los superhéroes en general son continuación de una función mítica humana que arranca desde las primeras religiones. El Ojo de la Eternidad echa un vistazo sobre qué hay tras la máscara del superhéroe, en términos religiosos.


[IMAGEN SUPERIOR: La Liga de la Justicia de América, ilustrada por Alex Ross. Este es quizás el más paradigmático equipo de superhéroes, y sus tres protagonistas Superman, Batman y la Mujer Maravilla, tienen relaciones con una cierta raigambre mítica de las antiguas trinidades de dioses].

LA CULTURA DE LOS SUPERHÉROES.
El superhéroe, es decir, el humano (o al menos la criatura antropomorfa) dotado de poderes maravillosos y por encima del común de los mortales, es uno de los elementos más característicos de la cultura y la mentalidad del siglo XX. Mitologías como el Universo DC (el de Superman, Batman, la Mujer Maravilla, Acuamán, Linterna Verde, etc.) o el Universo Marvel (el del Hombre Araña, Hulk, los Hombres X, los 4 Fantásticos, Daredevil, etc.) son seguramente más representativas y conocidas por las personas que las novelas de James Joyce o la obra filosófica de Heidegger. Por esta razón, en el desarrollo del concepto del superhéroe a través del tiempo, es posible encontrar mucho del pulso de la época. Y debido al carácter arquetípico de sus historias (la lucha del bien contra el mal, la caída y la redención, el amor y el odio, etcétera), plasman mucho mejor el subconsciente colectivo de nuestro tiempo.
El superhéroe más característico de todos es, por supuesto, Superman. Esto, no sólo por ser el primero, sino también por lo depurado de sus características. En lo físico es un dechado de perfecciones, con poderes que incluyen superfuerza, supervelocidad, etcétera. En lo moral, es un defensor del bien y la justicia sin paliativos (a pesar de los intentos sucesivos por darle un poco más de espesor en esta área). El héroe ya existía antes que Superman, y en el tiempo de su lanzamiento en 1938 rondaban personajes como Dick Tracy o el Fantasma Que Camina, por no hablar de algunos más antiguos como el Zorro o la Pimpinela Escarlata. Sin embargo, Superman sintonizó de inmediato con su sustrato cultural por la característica de los superpoderes. En ese sentido, Superman es presentado como un ser humano superior. Todos los superhéroes posteriores presentarán esa misma característica, incluso hasta los más atormentados.

EL SUSTRATO DEL SUPERHÉROE.
Durante la primera mitad del siglo XX, estaban muy en boga determinadas teorías "científicas" sobre la superioridad. Era respetable para muchos el pensar que ciertas razas eran superiores a otras. Esto no fue patrimonio sólo de los nazis, como se pretende caricaturizar, sino que todos los pueblos occidentales se sentían superiores a los africanos, asiáticos o latinos. En Estados Unidos, esto se mezcló con la ideología del Destino Manifiesto, la idea de que Estados Unidos posee una misión mesiánica para llevar la libertad y la democracia al resto del mundo.
Todo esto encuentra su plasmación más perfecta en Superman. No es casualidad que exista más de alguna coincidencia entre Superman y Jesucristo: ambos vienen desde "más allá de la Tierra", ambos son superiores a la mera humanidad, ambos son el súmmun de la moral y el bien, etcétera. Por otra parte, Superman es un estadounidense de tomo y lomo: es un extranjero inmigrante (de Krypton), fue criado en la América Profunda (en Kansas, el mismo estado que el año pasado hizo noticia por obligar a la enseñanza del Diseño Inteligente), consigue abrirse paso en la vida como un self made man, y defiende los valores yankis de la libertad, la felicidad y el american way of life. Por todos estos motivos, Superman ha sido adorado y odiado a la vez, como fetiche de la cultura estadounidense, o dicho de manera más crítica, del imperialismo cultural estadounidense.
Aunque la vinculación entre Superman y los Estados Unidos se ha perdido en otros superhéroes, la característica de la superioridad innata sigue estando presente. En Batman, por ejemplo, aunque éste es presentado como un simple ser humano, en él coinciden todas las características de un superhombre: inteligencia superior, fortuna personal, agilidad olímpica, pasiones conflictivas... Todo en Batman es superior a lo humano, a pesar de ser "el más humano de los superhéroes".
En la casa rival, en el Universo Marvel, estas características se encuentran más diluidas. Esto se debe en parte al entorno cultural de la época. El Universo DC comenzó a ser construido en tiempos de la Segunda Guerra Mundial, mientras que el Universo Marvel se identifica más con la contracultura de los '60s, y por tanto, pone más en solfa el papel del superhéroe. Pero aún así, personajes como Hulk o el Hombre Araña, atormentados por sus respectivos destinos, siguen siendo superhombres más allá del mortal común y corriente, cuya voluntad es, en último término, ley de Dios, porque ellos obran según lo justo y lo correcto.

LA CONTINUIDAD DEL HÉROE.
Hemos comentado hasta la saciedad en El Ojo de la Eternidad que las religiones, desde antiguo, se construyeron en torno a la noción de un salvador o redentor que se presenta como un Sonnenmensch, un héroe solar. El héroe solar presenta características bien precisas, incluyendo un nacimiento difícil con una amenaza a su vida, una época de oscuridad y preparación, y finalmente el surgimiento de una misión. Estas etapas son muy claras en Superman (fuga desde Krypton, adolescencia en Smallville, misión en Metrópolis), en Batman (asesinato de sus padres, adolescencia preparándose para luchar contra el crimen, cruzada en Ciudad Gótica), etcétera. En ese sentido, el superhéroe clásico es, en realidad, un Sonnenmensch disfrazado para los nuevos tiempos.
¿Es entonces el superhéroe un personaje religioso? En cierta medida sí, y eso explica por qué el superhéroe está tan anclado en la mentalidad del siglo XX. A partir de la Ilustración en el siglo XVIII, y después con el desarrollo de la ciencia en el siglo XIX (el Darwinismo, la Economía, etcétera), la religión en Occidente, y bien en particular la Iglesia Católica, ha debido afrontar retirada tras retirada. Ese vacío tenía que ser llenado con algo. Si Jesucristo no era capaz de redimir a los seres humanos del siglo XX, alguien más tenía que hacerlo.
Esto fue, en cierta medida, anticipado por Nietzsche. Ya en su obra anticipaba que por encima de la moral humana estaba el Übermensch, el "superhombre". No es casualidad tampoco que la palabra inglesa para "Übermensch" sea Superman... En cierta medida, el superhéroe es una vulgarización de los conceptos nietzscheanos. Lo que Nietzsche veía como algo espiritual, Superman lo resuelve un poco más a la bruta, mediante mamporros. Pero volviendo a Nietzsche, éste planteaba sus ideas precisamente para revolverse en contra del Cristianismo: frente al modelo del "siervo de Dios", que él calificaba como la "religión de los débiles", él proponía la religión del fuerte, la del Übermensch.
Esto también explica el éxito de los superhéroes en la actualidad. Salvo un nuevo cambio en la marea, el mundo está nuevamente sumergiéndose en las tinieblas del oscurantismo, con un Presidente de Estados Unidos como George W. Bush, empeñado en llevar la guerra santa a Oriente, y además, en implantar una educación cristiana en los establecimientos públicos. No es raro que, dentro de este discurso mesiánico, los superhéroes vivan momentos de auge. Después de todo, en tiempos mesiánicos se necesitan mesías a los cuales adorar...

02 julio 2006

ALREDEDOR DEL EVANGELIO DE JUDAS

Hace un tiempo atrás hubo un nuevo revuelo en el área de los conocimientos religiosos, ahora por la revelación de que Judas Iscariote, sindicado durante mucho tiempo como el traidor a Jesús, habría supuestamente escrito su propia versión de los hechos. ¿Qué hay de verdad sobre el "Evangelio de Judas"? ¿De verdad cambiará nuestra visión de lo sucedido en torno a Jesús de Nazaret? El Ojo de la Eternidad aborda este nuevo ángulo del más controvertido de los apóstoles.


[IMAGEN SUPERIOR: El suicidio de Judas, esculpido hacia el año 1120 o 1130 en la Catedral de San Lázaro en Autun, Francia. Esculpida probablemente por Gisleberto, representa una escena canónica de la mitología de Judas: nótese los demonios que rondan por debajo].

EL MITO DE JUDAS ISCARIOTE.
Más allá de la existencia real de Judas Iscariote como personaje histórico, es indudable que en torno a él se ha tejido una verdadera mitología. Esto se debe a una cuidadosa campaña emprendida por los cristianos, y muy en particular la rama católica, para darle un determinado papel. Todas las religiones necesitan una serie de roles a la hora de elaborar su mitología. Uno de estos roles es el traidor, la némesis que desencadena todos los acontecimientos que llevarán a la grandeza del héroe. La Iglesia Católica decidió que ese rol le convenía a Judas Iscariote, e hizo lo imposible por enfatizarlo. Que se llamara Judas (nombre más o menos común en la tradición bíblica, como lo prueba por ejemplo Judas Macabeo, anterior en un par de siglos a Jesucristo) sirvió para ponerlo como ejemplo de "perfecto judío", y de esa manera, fomentar el antisemitismo en la Edad Media. En la "Divina Comedia", que Dante Alighieri escribió a comienzos del siglo XIII, y que puede ser estimada como poseedora de una correctísima y ortodoxa cosmovisión de acuerdo a los cánones católicos de la época, Judas Iscariote es sepultado en el más profundo de los círculos del Infierno, junto con Bruto y Casio, condenados los tes como los mayores traidores de todos los tiempos, y nada menos que Satanás en persona es el encargado de hacerles sufrir su castigo. Incluso en la actualidad, aún en la Semana Santa se hacen quemas de judas en efigie...
Al mismo tiempo, Judas Iscariote ha planteado siempre un delicado problema teológico, que se entrelaza con otra cuestión más profunda, ésta de índole metafísica: la raíz del mal. La cuestión es la siguiente: ¿cómo puede Dios ser infinitamente bueno, y al mismo tiempo omnipotente? Piénselo bien: si es infinitamente bueno, entonces el mal no puede salir de él, y por tanto, no es omnipotente, porque hay un agente externo a él que se capaz de resistirse a su bondad. Y si es omnipotente, entonces podría haber derrotado al Mal desde el comienzo (es más, nunca habría surgido), y por tanto, al permitir el mal no es infinitamente bueno. Aplicado esto al problema de Judas Iscariote, la cuestión es la siguiente: si Judas Iscariote fue realmente tan malvado que traicionó a Jesús, y lo hizo por sí mismo y sin injerencia divina alguna, ¿cómo puede estar más allá de la redención de un dios infinitamente bueno? ¿Y cómo pudo un dios infinitamente omnipotente permitir el mal supremo de la muerte de su propio Hijo...?
Los gnósticos tenían muy clara la respuesta a esta cuestión. Para los gnósticos, los seres malvados no son los villanos, sino "la otra cara de la moneda". Para que exista el bien, debe existir el mal. Esta noción de que el mal debe ser tolerado por "los buenos" no es católica, sino gnóstica. Algo de esto vemos en el Evangelio de Judas.
[También hay una respuesta mitológica: en varias ocasiones, en EODLE, hemos comentado que la figura de Jesucristo ha sido elaborada de acuerdo a un patrón mítico, el del Sonnenmensch o héroe solar. Pero eso es harina de otro costal].

LOS GNÓSTICOS.
Desde siempre han existido místicos con delirios de grandeza, que sostienen ser espiritualmente superiores al resto de la Humanidad ignorante, y que pueden hablar cara a cara con Dios, y por tanto, son sostenedores de la Verdad Suprema. Ni siquiera la propia Iglesia Católica ha sido inmune a esto, y por sus filas han militado varios de esta condición: Pablo de Tarso, Ireneo de Lyon, Agustín de Hipona... Pero no son considerados de esta manera porque la historia oficial que manejamos, ha sido escrita por los triunfadores, y siendo la Iglesia Católica la institución religiosa más poderosa de todo Occidente, se debe investigar un poco para deshacer la maraña de deformaciones con la que han cubierto a la Historia.
Los gnósticos eran místicos filosóficos, pero "del bando contrario". A partir del despertar del racionalismo jonio del siglo VI a.C., con filósofos como Tales de Mileto, Anaximandro, Parménides, Heráclito, Pitágoras, etcétera, los místicos comenzaron a hacer nata. A partir de Platón se consolidó una tradición de filosofía mística que consideraba al espíritu como algo bueno, y a la materia como algo maligno, la fuente de la maldad. Cuando los gnósticos descubrieron la existencia del Cristianismo, algunos de ellos hicieron una mixtura entre el Cristianismo y el Gnosticismo. No era la primera vez que hacían algo semejante. Por ejemplo Filón de Alejandría, un personaje algo anterior a Jesucristo, había mezclado la filosofía platónica con el Judaísmo: para Filón, el Logos (el principio racional del universo, según los griegos) era más o menos equivalente a la Palabra de Dios del Génesis (sutilezas filosóficas de más o de menos), idea que después fue tomada por los teólogos cristianos. Muchos gnósticos adaptaron entonces sus ideas al Cristianismo, de manera tal que ahora Dios era identificado con el espíritu, y el Demonio con la materia. Y llegaron aún más lejos: como pasan muchas cosas malas en el mundo, y eso es porque éste es material, pues bien, entonces el Dios del Antiguo Testamento, creador del mundo según el Génesis, debe ser en verdad un agente maligno, un demiurgo inferior al verdadero Dios, pero no dios en sí mismo, o acaso quizás el propio Demonio.
De ahí que los gnósticos comenzaron a revalorizar a los personajes considerados usualmente como negativos dentro de la tradición bíblica. Caín, por ejemplo, fue revalorizado como rebelde, ya que su rebelión estaba dirigida contra el Dios del Antiguo Testamento. Y de ahí igualmente que Judas Iscariote haya sido bien considerado entre los gnósticos.

EN TORNO AL "EVANGELIO DE JUDAS".
Como los católicos ganaron y los gnósticos se extinguieron (aunque no sus ideas, que han pasado como un virus por los siglos, como lo prueban las actuales creencias de la Masonería), los textos gnósticos dejaron de ser reproducidos. Por tanto, hasta fecha reciente conocíamos al Gnosticismo sólo por los relatos de sus enemigos, que en el mejor de los casos eran parciales, y en el peor, derechamente insidiosos. Pero a partir de los hallazgos arqueológicos del siglo XX, en particular en Egipto (una de las más importantes bases de operaciones de los gnósticos), hemos empezado a descubrir nuevos textos antiguos que revelan el punto de vista gnóstico. Uno de esos textos es el "Evangelio de Judas", el cual parece ser auténtico, a partir de las pruebas científicas efectuadas por National Geographic al papiro que lo contiene.
El contenido básico del "Evangelio de Judas" es una adaptación de los relatos evangélicos, pero a la manera gnóstica. Es decir, cuentan lo que los Evangelios tradicionales, pero desde un punto de vista ideológico diverso. En él, Judas Iscariote es presentado como un héroe, y Jesús mismo aparece pidiéndole que lo traicione. Esto es bastante consistente con las ideas gnósticas. Por supuesto que ello no prueba que éste sea un documento histórico, a la manera de los escritos por el griego Tucídides, el romano Tácito o el judío Flavio Josefo. Es, más bien, un texto doctrinal, por lo que su contenido no puede ser tomado como una verdad histórica superior a la de los Evangelios clásicos, cuya historicidad, por su parte, también ha sido seriamente puesta en duda, y con razones de bastante peso.

¿Y TODO ESTO CAMBIA ALGO...?
La verdad de las cosas es que el "Evangelio de Judas" no cambia mucho el panorama religioso en la actualidad. El descubrimiento tiene su importancia, por supuesto, ya que nos permite comprender mucho mejor el pensamiento de los gnósticos, confirmando muchas cosas que debíamos suponer rellenando los espacios en otros textos distintos. Pero no es algo que debiera remecer las bases de la Cristiandad misma. Todo el asunto en realidad ha sido inflado por medio de una operación mediática. Se ha presentado al "Evangelio de Judas" como las palabras del traidor reivindicado. Eso probablemente no sea cierto. Así como es dudoso que hayan sido Mateo, Marcos, Lucas y Juan quienes hayan escrito sus respectivos Evangelios, también lo es que Judas Iscariote haya dejado su propia historia por escrito. El Jesucristo presentado en el "Evangelio de Judas" no es más verdadero que el Jesucristo de los Evangelios canónicos (aunque tampoco menos...). Si el asunto prendió, es por la ingenuidad y la ignorancia de las gentes que se tragó íntegramente la carnada de que vería a Jesucristo de una manera diferente. Quizás esto puede ser, para quienes no hayan sabido con anterioridad quienes fueron los gnósticos. Pero la existencia de los gnósticos y del Gnosticismo es algo que en los círculos intelectuales se sabía desde hacía mucho tiempo, y para ellos, todo esto no es una revelación suprema, ni mucho menos. Sucede con esto algo parecido el asunto en torno al Código da Vinci: muchas ideas planteadas estaban ya en el ambiente, sólo que hasta ese minuto no habían sido vulgarizadas entre las masas. Una buena razón para que el asunto se haya desinflado, después de que los medios de comunicación le dieran su minuto para el barullo.