13 agosto 2006

EL MONSTRUO VOLADOR DE ESPAGUETI.

En una era cínica que se ríe de todo y de todos, tenía que surgir una religión que fuera completamente payasa. El Ojo de la Eternidad hace una crónica sobre el Pastafarismo, una pujante nueva religión que lucha por ganarse un cupo en la enseñanza de Estados Unidos, y cuyo dios es nada más y nada menos que... ¡El Monstruo Volador de Espagueti!


[IMAGEN SUPERIOR: El Monstruo Volador de Espagueti imparte la primera comunión a sus fieles. Esta parodia de "La última cena" de Leonardo da Vinci está tomado del sitio oficial de la religión del Pastafarismo].

HACIENDO DE LA RELIGIÓN UN SOBERANO PAYASEO.
Pareciera ser que todo aquello posible de ser planteado de forma seria, puede también ser ironizado de forma payasa. Y siendo la religión uno de los temas más serios posibles, también ha originado una cuantiosa cantidad de parodias. Sin embargo, habida cuenta del enorme poder que suelen tener en las sociedades organizadas quienes son detentadores de lo divino, o dicen serlo al menos, la sátira contra la religión puede conllevar enormes riesgos corporales, incluyendo la tortura o la pérdida de la vida.
Por eso, los blancos más seguros en materia religiosa, son aquellas religiones y credos que van en franco declive. En el siglo II d.C., el escritor grecosirio Luciano de Samósata las emprendió así contra la religión griega, que en esa época era apenas una sombra de sí misma. En sus "Diálogos de los dioses" y sus "Diálogos marinos" se reía a carcajadas de los dioses grecorromanos. Estas parodias difícilmente pueden ser comprendidas por el lector actual, salvo que tenga una buena formación histórica y conozca con cierto detalle los mitos griegos, pero para el que cumple esos requisitos, seguramente será una lectura hilarante. En el siglo XVIII, cuando el Cristianismo se batía en retirada ante la ciencia y la Iglesia Católica comenzaba a perder poder, surgieron también varias obras que criticaban a la religión. Entre los adalides de esta tendencia estaban Voltaire, y también C. A. Bürger, editor de una versión más o menos definitiva de "Las aventuras del Barón de Münchhausen". Por su parte mucho antes, en la España del siglo XVI, el anónimo autor del "Lazarillo de Tormes" se había atrevido a criticar a los clérigos tan ácidamente, que la obra cayó en el Indice de libros prohibidos por la Iglesia Católica.

EL MONSTRUO DEL ESPAGUETI VOLADOR.
El siglo XX resultó ser una marejada en donde se combinaron todas las tradiciones culturales del mundo en un único y ameboide sustrato cultural común. En medio de todo esto, las religiones establecidas perdieron bastante pie (lo están recuperando, pero eso es parte de otra historia). Por supuesto que uno de los grandes damnificados fue el Cristianismo. La Iglesia Católica trató de actualizarse en el Concilio Vaticano II, pero durante el Papado de Juan Pablo II hubo un movimiento contrarreformista que trató de regresar las cosas a como eran antes. En las otras ramas cristianas, hubo también francos retrocesos.
Pero de todas maneras, en Estados Unidos los movimientos cristianos siguen teniendo una fuerza notable. No en balde, Estados Unidos es la patria del Destino Manifiesto, filosofía que como detallamos en un posteo anterior de El Ojo de la Eternidad, se mezclan ideales judeocristianopuritanomasónicos para justificar de manera religiosa una actitud imperialista frente al mundo. Y dichos grupos conservadores consiguieron el poder suficiente para poner a cargo de todo a un "cristiano renacido", a George W. Bush. Una de las consecuencias de esto es el continuo entorpecimiento a las iniciativas científicas, y el apoyo decidido a grupos creacionistas, hasta el punto que los creacionistas luchan, basados en la Doctrina del Diseño Inteligente, por ocupar espacios iguales al Darwinismo en la enseñanza pública de los Estados Unidos.
En el año 2005, se supo que el Consejo de Educación del Estado de Kansas había aceptado formalmente que se dedicara tiempo igual a la enseñanza del Diseño Inteligente, y al Darwinismo. El especialista en computadoras Bobby Henderson se rebeló, y en carta abierta pidió que si se iba a equiparar la enseñanza de dogmas religiosos disfrazados de ciencia, con la ciencia verdadera, entonces todas las religiones debían tener igual oportunidad, y propuso la suya propia: el Pastafarismo.
El término "pastafari" es una parodia de "rastafari", por supuesto, pero en versión de pasta italiana, porque el dios propuesto por Henderson es el Monstruo Volador de Espagueti. La explicación del universo que proponen es simple: el universo fue creado por el Monstruo Volador de Espagueti, y toda la evidencia sobre el Evolucionismo fue plantada intencionalmente por dicho ser. La disminución de los piratas desde 1800 en adelante ha provocado el calentamiento global y el incremento de terremotos y huracanes, como lo prueban gráficos en que aparecen de manera correlacionada la disminución de los piratas y el aumento de la temperatura climática mundial (por eso los pastafaris se visten de piratas). Bobby Henderson es el profeta de la Primera Iglesia Unida del Monstruo Volador de Espagueti, y su símbolo es un tenedor. Todos estos elementos son una ácida sátira de diversos planteamientos cristianos y creacionistas, por supuesto.
Lo que Henderson no preveía, por supuesto, era que pronto la noticia pasaría a los blogs, y de ahí a los periódicos serios. Con lo que los pastafaris comenzaron a crecer en número.

¿Y POR QUÉ NO...?
Todo este asunto es, por supuesto, una profunda tomadura de pelo al Cristianismo en general, y al Creacionismo en particular. Sin embargo, lo grave de la cuestión es que demuestran crasamente la irracionalidad de la mayor parte de las religiones (o de todas). Los argumentos para demostrar la existencia del Monstruo Volador de Espagueti son, en el fondo, los mismos usados por teólogos serios y prominentes como Anselmo de Canterbury o Tomás de Aquino para tratar de probar la existencia de Dios. En el fondo, el Monstruo Volador de Espagueti es una gigantesca reducción al absurdo, llevar la lógica de los argumentos planteados sobre Dios hasta un extremo tal, que toda su irracionalidad quede de manifiesto. En efecto, si se trata de permitir el Creacionismo vía Diseño Inteligente al mismo nivel que el Darwinismo en las escuelas por un tema de enseñar a los alumnos una pluralidad de puntos de vista, no hay ninguna objeción lógica a permitir la entrada de los dogmas relativos al Monstruo Volador de Espagueti.
A las últimas, todo esto prueba igualmente el carácter poco democrático de los defensores del Creacionismo, y de los cristianos en general. ¿Debe una democracia tolerar a los intolerantes, a aquellos que de acceder al poder destruirían todo el orden democrático en conjunto, aunque esos intolerantes lo sean en nombre de una pretendida religión superior? ¿Tiene sentido usar como argumento la necesidad de puntos de vista plurales, para justificar el intento por imponer un único punto de vista...? ¿Tiene sentido tratar a la ciencia como una democracia...? Quizás el Monstruo Volador de Espagueti sea una burla o parodia, pero también funciona como una cruda manera de poner en escena diversos problemas que nuestras sociedades democráticas están teniendo hoy por hoy con las religiones institucionalizadas.

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