22 enero 2006

LA PROFECÍA.

A lo largo de los siglos, el conocimiento del futuro ha sido siempre una mercancía valiosa. El papel que hoy en día juegan futurólogos, prospectivistas, economistas y analistas estratégicos, otrora lo jugaron los profetas, hombres con capacidad de sintonizar con lo divino y arrancar desde allí jirones o retazos de los eventos futuros. Sus servicios fueron muy cotizados, pero ¿es realmente posible descubrir el futuro? El Ojo de la Eternidad explica los trucos detrás de la capacidad profética, así como de afamados videntes.


[IMAGEN SUPERIOR: Grabado que representa al profeta Jeremías, durante la toma de Jerusalén].

EL ROL DE LOS PROFETAS.
Desde siempre, la información ha sido vital en los grandes asuntos, para mantener en funcionamiento grandes imperios, y también en los pequeños negocios particulares de cada día. Obtenerla por cualquier fuente es siempre algo preciado. De este modo ha surgido un próspero mercado de gentes que se dicen inspiradas para ver y penetrar en los velos del tiempo, escrutando el futuro... a veces gratis, y otras tantas por un precio que será de seguro módico, habida cuenta de la importancia de la información que podrían proporcionar.
Todas las culturas han conocido gentes capaces de ver el futuro. De esta manera encontramos chamanes, profetas, videntes, oráculos, arúspices, sibilas, adivinos, tarotistas, clarividentes, y un largo etcétera de ocupaciones varias empeñadas en descifrar los misterios del futuro. Sus métodos varían muchas veces, y su rol social también tiende a ser variable, desde aquellas culturas que valoran estas técnicas en mucho, hasta aquellas en donde los profetas son perseguidos, e incluso exterminados.

¿QUÉ ES UNA PROFECÍA?
Técnicamente, una profecía es una predicción que se hace sobre eventos futuros, obtenida por medios sobrenaturales. Es decir, no cuenta como profecía aquella que se hace siguiendo caminos de la predicción racional y científica, como por ejemplo determinar a través de leyes científicas cual será la velocidad terminal de caída de un cuerpo, en caso de que llegáramos a soltarlo sin apoyo alguno. Tampoco cuentan como profecías las hechas por los economistas siguiendo las leyes económicas, aunque éstas muchas veces son tan contradictorias entre especialista y especialista, y tan alambicado el lenguaje que usan, que no pocas veces se ha dicho que los economistas tienen mucho de profetas de los tiempos modernos.
Pero estos medios sobrenaturales no están disponibles para cualquiera. De esta manera surgen los especialistas de la profecía, los profetas, quienes son capaces de contactar con lo divino y lo sagrado, para informarse por su través de lo que vendrá en el futuro. Muchas veces, estos especialistas recurren a un elaborado ritual, como una manera de buscar inspiración. En dichos rituales entran el uso de hierbas psicotrópicas o alucinógenas, o bien la utilización de herramientas que supuestamente canalizan los poderes místicos (cartas, dados, etcétera), dando origen a técnicas predictivas tales como la astrología, la quiromancia (por las líneas de la mano), la cartomancia, etcétera.
Al respecto, la Iglesia Católica distingue entre verdadera y falsa profecía. La verdadera profecía es inspirada por Dios, y se distingue por dos elementos: en primer lugar es exacta y habrá de cumplirse en todos sus términos, y en segundo lugar es directa, sin mediación ninguna de instrumentos ajenos (las mencionadas cartas, líneas de la mano, etcétera), por pura y simple inspiración. La profecía falsa, por el contrario, es inspirada por el Demonio, no necesariamente es exacta (por lo general incluso es engañosa), y se lleva a cabo por medios mágicos como lectura de cartas o de líneas de la mano, elaboración de horóscopos y cartas astrales, observación de fenómenos de la naturaleza como el vuelo de las aves, etcétera. Por supuesto que esta discriminación le permite a la Iglesia Católica descalificar a todas aquellas profecías que no son convenientes para sus intereses, como producidas por el Demonio, y las que sí lo son, como inspiradas por Dios. La Iglesia siempre se ha sentido un tanto incómoda con los profetas inspirados por Dios, ya que sostiene oficialmente que la profecía se ha acabado con el Nuevo Testamento, con el cual la Revelación de Dios estaría completa, haciendo de esta manera superflua toda profecía posterior. Lo que no impide que de tanto en tanto surjan profetas dentro de su propio seno, como los célebres pastorcillos de Fátima, por ejemplo.

LOS SECRETOS DE LOS PROFETAS.
Todos hemos oído hablar de profetas que son exitosos realizando profecías. Jeanne Dixon se hizo famosa pronosticando el asesinato de John Kennedy, por ejemplo, mientras que hasta el día se considera a Nostradamus como uno de los más acertados profetas de todos los tiempos. Y eso por no hablar de los profetas de la Biblia, que también se apuntan varias profecías con perfecto cumplimiento posterior, de creer a las Sagradas Escrituras. ¿Cómo lo hacen?
Existen varios trucos que usan los profetas para pasar sus profecías como exitosas. La más recurrida es el lenguaje oracular. Es decir, el profeta habla no en términos claros y diáfanos, sino lo suficientemente difusos y vagos como para que su profecía pueda interpretarse de varias maneras. Es famoso el ejemplo de la profecía que formuló la pitonisa del Oráculo de Delfos a Alejandro Magno, diciéndole: "Irás. Volverás. Nunca en la guerra perecerás". Cuando después falleció en Babilonia, a 2000 kilómetros de distancia de su hogar, y trece años después de salir del mismo, el Oráculo de Delfos se defendió diciendo que había afirmado: "Irás. ¿Volverás? ¡Nunca! En la guerra perecerás". Otro ejemplo muy claro de profecía formulada en términos confusos y poco explícitos es Nostradamus, cuyo lenguaje cargado de simbolismo ha permitido a sus fieles lectores interpretar sus profecías de muchas maneras distintas. Sintomáticamente, no se ha dado el caso de que se entienda el sentido cabal y exacto de una profecía de Nostradamus ANTES de que se produzca el evento crucial que supuestamente profetiza.
Otra técnica usada por los profetas es seguir la corriente al consultante y profetizarle lo que éste quiere oir. Es decir, a un general que vaya a librar una batalla se le profetiza que tendrá éxito en la misma, pero en términos ambiguos, para cubrirse en caso de un resultado nefasto, o a un pueblo oprimido se le profetiza su pronta liberación, como ocurre con muchas llamadas "profecías de consolación" en la Biblia. En cuanto a profecías del primer tipo, el Oráculo de Delfos hizo otro tanto con el rey Creso, quien en vísperas de la guerra contra los persas, habría preguntado por mensajeros si tendría éxito en la batalla. El Oráculo respondió: "si cruzas el Río Halys, destruirás un gran imperio". Al fina, el imperio destruido fue el propio de Creso, ya que éste perdió estrepitosamente. A nivel cotidiano también es recurrente que los tarotistas, consultados por sus clientes, profeticen que las cartas anuncian un nuevo amor, próxima solvencia económica, etcétera, todas noticias sumamente agradables de escuchar para cualquiera, aunque no tengan fundamento realista alguno.
También en materia de profecías existe la vieja técnica del autobombo, resaltando los éxitos y disimulando los fracasos. La mencionada Jeanne Dixon, famosa por su profecía del asesinato de Kennedy, por ejemplo, tiene también a su haber un sinfín de profecías fallidas, pero ella se cuida muy bien de divulgar estos casos en donde sus habilidades proféticas fallaron.
Y existe también la técnica de escribir la profecía a posteriori, una vez que los acontecimientos se han producido. En opinión de los expertos bíblicos, ésta es la razón por la cual muchas profecías del Antiguo Testamento aparecen como sorprendentemente exactas. La impostura se descubre en particular por los análisis gramaticales de los textos, que revelan las interpolaciones hechas por manos que no son las redactoras de los textos originales.

¿SON TODOS LOS PROFETAS UNOS CHARLATANES?
Visto de esta manera, parecería que todos los profetas son en realidad unos charlatanes que buscan aprovechar la credulidad de las personas para ganarse unos pesos, o bien fama y reputación, etcétera. ¿Es siempre esto así?
La respuesta es negativa. El móvil psicológico que induce a alguien a formular profecías no siempre es el lucro personal, aunque éste sea primario en muchos lectores de cartas, o en la gente que redacta horóscopos para la prensa escrita, o personalizados para los famosos. En no pocos casos hay gente que es humillada, perseguida e incluso asesinada por formular profecías que no son de gusto del monarca reinante. Muchas parábolas de Jesús, en los Evangelios, giran sobre el tema de que los judíos han matado profetas inspirados por Dios, y por tanto, no hay razón para que no vayan a hacer lo mismo con el Cristo. En este caso, el resorte psicológico es claramente otro, quizás la búsqueda de notoriedad, o la sensación de poder que involucra sentirse llamado especialmente.
En ese sentido, la actividad profética se conecta con las visiones inspiradas por Dios. La moderna Psiquiatría se encuentra hace tiempo en condiciones de explicar el fenómeno de las visiones proféticas, como una peculiaridad psicológica propia de ciertas personas, y han acuñado el término "neurosis de conversión" para explicarlas. Una neurosis de conversión es básicamente la sicosomatización de procesos neuróticos al interior de la persona, y está detrás de fenómenos religiosos tan variopintos como las visiones proféticas, las posesiones demoníacas, las conversiones súbitas, los dones o carismas ("hablar en lenguas"), etcétera. En resumen, muchas veces las visiones proféticas son síntomas de desequilibrio mental. Algunas veces, este desequilibrio mental encuentra concreción en cauces "institucionales", como ocurre cuando ocasionalmente algún sacerdote reclama haber tenido visiones proféticas dentro de la Iglesia Católica, pero en otras tantas, han generado "falsos profetas" que han creado sectas y llevado a la destrucción de sus miembros... Pero eso será tema para algún artículo futuro de EODLE.

1 comentario:

myriam dijo...

tuve hace poko un sueño y en este sueño vi como todo iva a empezar era totalmente diferente como todo el mundo cree! a decir verdad nadie se daba cuenta k estaba empezando!!!!!!!!!!!!!!!!!!!realmente fue muy triste pro no pude ver como terminaba xk m levante y m dio miedo m volver a soñarlooooooooooooo