04 noviembre 2005

"MUJERES EN MARRUECOS: NUEVAS PREDICADORAS CONTRA EL TERRORISMO".

El siguiente artículo fue publicado en el suplemento Mujer, del diario La Tercera, en Santiago de Chile, el Domingo 09 de Septiembre de 2005, y se había quedado enredado entre los múltiples archivos de El Ojo de la Eternidad. Lo reproducimos aquí debido a lo inusitado de su temática. Generalmente existe la visión de que la mujer en el mundo islámico es una "ciudadana de segunda clase", lo que en los países talibanes por supuesto que es cierto, pero que no se corresponde con la realidad al ciento por ciento. En Marruecos, por lo menos, las cosas podrían ser bastante distintas. Claro que Marruecos es de los países "liberales" dentro del Islam, pero no está de más saber de cosas que se alejan de la clásica caricatura del musulmán fanático. Así es que, sin mayores prolegómanos, acá va.

MUJERES EN MARRUECOS.

NUEVAS PREDICADORAS CONTRA EL TERRORISMO.

El Rey Mohamed VI decidió otorgar un mayor papel religioso a las mujeres y transformarlas en baluarte contra el islamismo radical. En paralelo aprobó un nuevo código de familia que iguala sus derechos a los del hombre. Una verdadera revolución social comienza a despuntar en esta nación del norte de Africa aliada de Occidente.


Un cambio revolucionario, inédito en las sociedades islámicas, se está produciendo en Marruecos. El rey Mohamed VI resolvió otorgar un mayor papel religioso a las mujeres para frenar el auge del terrorismo islámico dentro de sus fronteras.

En la actualidad, una generación de 60 alumnas se está formando en las escuelas de predicadores, un tercio de la promoción total prevista anualmente, y en abril de 2006 podrán comenzar a impartir la enseñanza del Corán, pronunciar sermones y dar consejos espirituales en las mezquitas del país. Lo único que aún está vedado para ellas es convertirse en imanes (sacerdotes) y dirigir la oración de los viernes, día sagrado de los musulmanes.

El gobierno de Rabat, una monarquía constitucional "de derecho divino", confía en que las llamadas moshedat introducirán "sensatez y moderación" en estos convulsos espacios, donde la población marroquí -30 millones de habitantes- está expuesta a recibir interpretaciones torcidas de la doctrina del profeta Mahoma. Un guión cargado de violencia y articulado con el fin de reclutar yihadistas (terroristas suicidas), que libren la "Guerra Santa" contra Occidente, contra su población civil, a la que responsabilizan de las políticas de sus dirigentes (como la invasión a Iraq) por el hecho de haberlos elegido en las urnas.

El embajador de Marruecos en Chile, Abdelhadi Boucetta, explica: "No es que el extremismo haya permeado a todas las capas sociales en Marruecos y que por eso se esté recurriendo a la mujer. Sí hay una minoría que está llamando a una interpretación diferente, extremista, radical del Islam. El suicidio está prohibido por el Corán. La gente que se explota con bombas no va directamente al paraíso como se quiere hacer creer. Eso es totalmente falso". Enfatiza el diplomático: "El correcto mensaje del Islam es moderado per se".

En nombre de la "falsa doctrina" que predica la violencia, los terroristas islámicos golpearon Nueva York y Washington en 2001, Madrid en 2004, Londres en julio de este año y siguen amenazando con nuevos ataques transnacionales. Pero en las naciones islámicas, la muerte y la destrucción también han alcanzado objetivos occidentales. Es el caso de la ola de atentados contra objetivos israelíes, españoles y belgas registrados en la ciudad marroquí de Casablanca en 2003.

Tras esta tragedia, que dejó un saldo de 45 muertos, el rey Mohamed VI -un aliado de Estados Unidos en la lucha contra el terrorismo-, decidió tomar medidas de largo alcance para blindar al país de la amenaza. Encargó al Ministerio de Asuntos Religiosos la vigilancia de la formación de los predicadores y los imanes que ejercen en las mezquitas del país y dio luz verde a la inclusión de las mujeres como maestras del Corán. Una iniciativa sorprendente en un país de tradición islámica. El joven rey -quien llegó al trono en 1999 tras la muerte de su padre Hassan II, monarca durante 32 años- intenta evitar que "incultos y descarados embaucadores" alienten el radicalismo.

Fatuma el Kebbaj es la primera mujer ulema (doctora del islam) en su país y encarna la otra gran osadía de Mohamed VI, Comendador de los Creyentes, en su afán reformista. En abril de 2004 fue nombrada en el Consejo Supremo de los Ulemas, el órgano que, bajo supervisión del rey, establece la doctrina religiosa y elabora las fatwas o edictos islámicos. El año pasado 35 mujeres accedieron a los consejos regionales de ulemas.

Fatuma el Kebbaj, licenciada en 1957 por la Universidad Islámica Medersa Bou Inania de Fez, declaró al diario español El País: "La mujer puede transmitir mejor, a través de la educación y la predicación, los valores del islam moderado con los que luchamos contra el radicalismo y el terrorismo". Otra característica fundamental según esta ulema, es que la mujer es menos corrupta, lo que inspiraría confianza en los fieles, y tiene una sensibilidad distinta. "Tenemos más cercanía con los problemas de la sociedad, de la familia, y, por tanto, mayor capacidad de diálogo".

Bouchra Boudchiche, esposa del embajador Boucetta, explica que en el año 2000 la tasa de mujeres analfabetas en su país era del 63%, por lo que se pusieron en marcha programas que solucionen este problema. "Antes la sociedad era patriarcal y la mujer, como en todo el mundo, estaba asignada en un rol de madre, de esposa y nada más que eso. Siempre el Corán ha sido interpretado por hombres, entonces las mujeres como no sabían leer ni nada, no lo conocían verdaderamente. El cambio que hay en la sociedad, cuando se habla de las mujeres predicadoras, es que ellas han ido a la universidad, saben mucho, entonces leen directamente el Corán y lo pueden entender. Por lo tanto conocen más y no sólo sus derechos. Entienden el Corán en todos los otros aspectos como los sociales. Pienso que podrán ser un aporte, con su interpretación del Islam", destaca la embajadora, quien cursa en la actualidad un diplomado en el Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile.

Restricciones a la poligamia.

Ante la imposibilidad de prohibir una tradición tan arraigada en el mundo islámico y regulada en el Corán, el nuevo Código de Familia marroquí somete la poligamia a la autorización del juez, bajo estrictas condiciones legales que dificultan su puesta en práctica.

El juez debe asegurarse de que no existe atisbo de iniquidad entre las desposadas y estar convencido de la capacidad del marido de tratar a la segunda esposa y a sus hijos en pie de igual, garantizándoles las mismas condiciones de vida (en la práctica queda claro que difícilmente un esposo puede brindar el mismo trato sentimental a dos, tres o más mujeres).

Hoy la mujer marroquí tiene el derecho a condicionar su casamiento al compromiso del marido a no tomar otras esposas. En ausencia de tal limitación, la primera mujer debe recibir el aviso de que su marido va a tomar una segunda esposa, quien a su vez debe saber que el hombre está casado previamente.

La poligamia deja de ser un hecho consumado, porque la primera desposada puede invocar ante el juez las segundas nupcias de su marido como causal de divorcio por perjuicio recibido.

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