RELIGIÓN AL INSTANTE: ESTUPIDEZ DE LA IGLESIA SIGUE ESCANDALOSAMENTE CONTRA VIENTO Y MAREA
Es un escándalo. En una nueva muestra de estupidez, los altos jerarcas de la Iglesia Católica han persistido obstinadamente en seguir habitando su burbuja jurásica y no adaptarse a los tiempos, y han insistido en visiones dinosáuricas sobre cómo manejar la Iglesia Católica.
La cosa va como sigue. Acaba de terminar un Sínodo de Obispos en donde éstos tomaron una serie de decisiones sobre el futuro de la Iglesia Católica. O quizás sería mejor decir recomendaciones, porque lo cierto es que el documento en cuestión debe pasar por las manos de Mein Romanischenführer Benedicto XVI para su aprobación definitiva (¿o se les olvidó que el Vaticano es la última monarquía absoluta de Europa?).
¿Alguna sorpresa? No. Los sacerdotes deben seguir siendo célibes porque sí, porque Jesús era célibe (¿quién lo dice? ¿en qué parte de los Evangelios está eso?). Los divorciados y vueltos a casar no pueden comulgar (conste que Jesús perdonó a la prostituta por ejercer el antiguo arte de la fornicación, así es que, a fortiori, hubiera perdonado a los divorciados que sólo han vuelto a fornicar con una sola persona diferente más). Pero también se afirmó que debe flexibilizarse la nulidad matrimonial eclesiástica, lo que en pocas palabras significa que si los divorciados quieren comulgar, pues bien, deben pagarle impuesto a Roma (la clave del negocio).
¿Diáconos casados ejerciendo de sacerdotes? ¡Ni hablar! ¿Es que quieren que los sacerdotes pierdan todo su poder, repartiendo la facultad de hacer eucaristías indiscriminadamente? Los que estuvieron más a favor de la idea, de manera nada sorprendente, fueron los obispos venidos del Tercer Mundo, que bien saben el enorme daño que a la Iglesia Católica ocasionan estas políticas suicidas. El costo lo van a pagar los obispos de Europa y América del Norte, que van a tener que salir de sus cómodos terruños para ir a evangelizar "en terreno" al Tecer Mundo, para compensar la falta de vocaciones en esos países sacudidos por la miseria.
De esta manera, los sacerdotes con riñones de bisagra ante el autoritarismo del Rottweiler de Dios, siguen socavando a la Iglesia Católica desde su interior. Si Cristo levantara la cabeza...
La cosa va como sigue. Acaba de terminar un Sínodo de Obispos en donde éstos tomaron una serie de decisiones sobre el futuro de la Iglesia Católica. O quizás sería mejor decir recomendaciones, porque lo cierto es que el documento en cuestión debe pasar por las manos de Mein Romanischenführer Benedicto XVI para su aprobación definitiva (¿o se les olvidó que el Vaticano es la última monarquía absoluta de Europa?).
¿Alguna sorpresa? No. Los sacerdotes deben seguir siendo célibes porque sí, porque Jesús era célibe (¿quién lo dice? ¿en qué parte de los Evangelios está eso?). Los divorciados y vueltos a casar no pueden comulgar (conste que Jesús perdonó a la prostituta por ejercer el antiguo arte de la fornicación, así es que, a fortiori, hubiera perdonado a los divorciados que sólo han vuelto a fornicar con una sola persona diferente más). Pero también se afirmó que debe flexibilizarse la nulidad matrimonial eclesiástica, lo que en pocas palabras significa que si los divorciados quieren comulgar, pues bien, deben pagarle impuesto a Roma (la clave del negocio).
¿Diáconos casados ejerciendo de sacerdotes? ¡Ni hablar! ¿Es que quieren que los sacerdotes pierdan todo su poder, repartiendo la facultad de hacer eucaristías indiscriminadamente? Los que estuvieron más a favor de la idea, de manera nada sorprendente, fueron los obispos venidos del Tercer Mundo, que bien saben el enorme daño que a la Iglesia Católica ocasionan estas políticas suicidas. El costo lo van a pagar los obispos de Europa y América del Norte, que van a tener que salir de sus cómodos terruños para ir a evangelizar "en terreno" al Tecer Mundo, para compensar la falta de vocaciones en esos países sacudidos por la miseria.
De esta manera, los sacerdotes con riñones de bisagra ante el autoritarismo del Rottweiler de Dios, siguen socavando a la Iglesia Católica desde su interior. Si Cristo levantara la cabeza...
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