23 septiembre 2007

TRAS LA BIBLIA (8): FIN DEL DILUVIO (GÉNESIS 8).


Este capítulo es también un salpicón de dos textos, el original del Yavista y las interpolaciones del Sacerdote. El Sacerdote no resistió la tentación de alterar algunos hechos, el más notorio de los cuales es la duración de la gran inundación. El Yavista no alude a esto, pero menciona que el Diluvio mismo duró cuarenta días con sus noches. El Sacerdote, sin embargo, añade el detalle de que las aguas empezaron a bajar recién durante el día 150. Además, fechando el inicio del Diluvio (Génesis 7:11) y su final (Génesis 8:14), da a entender que la historia completa duró un año cabal.

La historia de la paloma de Noé es más o menos como todo el mundo la conoce. Pero hay un detalle irónico. La prueba suprema de que las aguas han bajado, es cuando la paloma aparece con una rama de olivo. Para la mentalidad moderna, esto es una aberración: ninguna planta terrestre sería capaz de sobrevivir cuarenta días bajo el agua salina, menos un año si se considera el tiempo planteado por el Sacerdote, de modo que la paloma no hubiera descubierto ninguna rama de olivo. Pero debe tenerse presente que en la época no se consideraba que las plantas fueran seres vivos. Se esperaba que sobrevivieran, de la misma manera en que lo haría un pedazo de piedra.

La historia termina con una sencilla mención al arrepentimiento de Yahveh, y su subsecuente promesa de que no volverá a enviar una destrucción tan catastrófica sobre los seres humanos, algo que es muy del talante del Yavista, para quien, como dijimos, Yahveh puede ser muy cruel, pero también muy misericordioso. Irónicamente, no se menciona por parte alguna el famoso arco iris (en realidad esto es un añadido del Sacerdote, como mencionaremos en el capítulo 9).

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