07 octubre 2007

RELIGIÓN EN EVOLUCIÓN (4500 AC): PRIMEROS CEMENTERIOS.


[IMAGEN SUPERIOR: Primeras excavaciones en el asentamiento arqueológico de Eridu, una de las "cinco ciudades anteriores al Diluvio" en la mitología sumérica].

Si bien Catal Huyuk ejerció una gran influencia en la vida religiosa de otras culturas, el concepto de necrópolis o cementerio es bastante posterior. En Catal Huyuk, sus habitantes preferían convivir con sus propios muertos, mientras que en culturas posteriores, apareció la idea de un espacio cerrado para que los muertos descansaran en paz. El paso decisivo parece haberse dado en la llamada Cultura El Obeid, que se extendió entre 5300 y 4000 AC, y gracias a la cual Mesopotamia pasó a transformarse en el centro del mundo civilizado, sitial que ya no abandonaría sino hasta la época de Alejandro Magno. La última fase de la Cultura El Obeid, que suele llamarse "El Obeid Standard" o "El Obeid Clásico", que se prolongó más o menos entre 4500 y 4000 AC, es también la de una gran y rápida urbanización. Es decir, en este período histórico, la acumulación de población y la expansión de las rutas comerciales llevó a un rápido crecimiento y diversificación social, que se reveló en un mayor tamaño de las ciudades. No es raro que, en esta etapa, haya nacido la necrópolis como espacio propio.
Esto es especialmente visible en la ciudad de Eridu, la más importante de Mesopotamia (y por ende, del mundo) hacia el año 4000 AC. En Eridu, los arqueólogos han conseguido encontrar a lo menos unas 200 sepulturas, tanto singulares como dobles, construidas con adobes. Cada una de estas tumbas presenta su propio ajuar funerario (algo que no existía, o bien existía en estado embrionario, en Catal Huyuk), compuesto por un nuevo invento religioso: la ofrenda para el difunto, práctica milenaria que ni el día de hoy ha desaparecido, y que se preserva por ejemplo en la costumbre actual de llevar flores a la tumba de los familiares muertos. En el caso de Eridu, estas ofrendas consistían en comida, vasos, pequeñas figuras de artesanía, y un rasgo muy propio de la ciudad, embarcaciones en miniatura, algo explicable por la gran importancia que tenía el comercio fluvial para Eridu. En todo caso, no debe colegirse de lo anterior, que la clase sacerdotal de Eridu fuera especialmente poderosa. En Eridu, la planta del templo no tiene un tamaño singularmente grande, en relación al resto de las construcciones, y por ende, cabe pensar que los sacerdotes no tenían el presupuesto necesario para hacer grandes edificaciones propias. Aún así, en la mitología sumérica posterior, Eridu pasará a ser una de las cinco ciudades "anteriores al Diluvio", y la ciudad de los primeros reyes. Este reconocimiento es, quizás, un intento de los propios sumerios (civilización que en la época que nos ocupa aún no aparece en la historia) por darse legitimidad por vía religiosa. Los sumerios serán los primeros en tentar semejante empresa, y no serán los últimos.

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