30 septiembre 2007

TRAS LA BIBLIA (10): MAPA DE LOS PUEBLOS (GÉNESIS 10).


El capítulo 10 no tiene mayor interés para el lector moderno, aunque sí alguno para el erudito. El Yavista describe cómo la Tierra fue repoblada a partir de los hijos de Sem, Jafet y Cam (especialmente su hijo Canaán). Aprovecha de entroncar así a los distintos pueblos bíblicos. Para la trivia, digamos que aparece aquí la primera mención a Caftor, la isla original de los filisteos (versículo 14). El Sacerdote no resistió la tentación de agregar un poco de su cosecha, y añadió los actuales versículos 1-7, con alguna reiteración sobre el material más antiguo del Yavista. Por cierto, este relato carece casi por completo de sentido histórico, de manera que es posible ver acompañadas las genealogías de grandes naciones como Asiria, con poblados que apenas aparecen en la historia, como Sodoma. Aunque por otra parte, debe considerarse que el relato es desde la perspectiva hebrea, y por tanto, se incluyen los pueblos que eran importantes a ojos de los hebreos, y no desde una perspectiva más objetiva, como la que podríamos tener nosotros miles de años después.

TRAS LA BIBLIA (9): LOS HIJOS DE NOÉ (GÉNESIS 9)


Refiere el Yavista una historia posterior sobre Noé, que está contenida en los actuales versículos 18 a 27 del capítulo 9 del Génesis. En ella, Noé tiene la mala idea de emborracharse hasta quedar tirado en el piso, y sin ropa. Su hijo Cam, sin ningún sentido de la discreción, sale corriendo a contar las nuevas. Los otros hijos, en cambio, Sem y Jafet, entran de espalda y tapan piadosamente a su padre borracho. Como consecuencia, Sem y Jafet son bendecidos por Noé, y Cam es maldecido.

La interpretación de esta historia es complicada. Parece evidente que el propósito del autor no era pontificar contra el vino, sino hacer de los tres hermanos símbolos vivientes, pero... ¿de qué? La interpretación tradicional considera a Cam como el padre de la raza camita, o sea, de los africanos (los antiguos egipcios eran camitas), a Sem de los semitas (o sea, asiáticos), y a Jafet de los pueblos caucásicos, o sea, indoeuropeos. Hay un correlato tradicional entre estas tres razas bíblicas, y la leyenda de los Tres Reyes Magos. Sin embargo, esto no se corresponde con una división del mundo que estuviera presente en los tiempos del Yavista. Se ha especulado que esta historieta podría ser propaganda religiosa, para una unión entre los medos y persas (indoeuropeos, descendientes de Jafet) y hebreos (semitas, descendientes de Sem), que llevara al Imperio Persa a restaurar el poderío hebreo en Jerusalén, durante el siglo VI, pero sabemos bien que, aunque efectivamente los persas reubicaron a los hebreos en Jerusalén, el Yavista debió vivir varios siglos antes. Quizás el sentido original de la historia se haya perdido, pero los comentaristas que le dieron forma definitiva a la Torá en esa época, conservaron esta historia con un nuevo sentido, reinterpretándola.

Se suele sostener asimismo que Jafet se correspondería con el gigante Japeto, que recuerda la Mitología Griega. Sin embargo, más allá de la semejanza fonética, no se ha encontrado evidencia que sostenga esta correspondencia.

Por su parte, este capítulo fue fuertemente intervenido por el Sacerdote. Este redactó los versículos 1 a 17, y en ellos crea la famosa historia del "arco en las nubes". Es curioso observar que el Sacerdote, que suele considerar a Yahveh con muy pocos caracteres antropomórficos, mencione que el arco iris es el arco de Yahveh, o sea, un arma de guerra, al igual que otros dioses paganos tienen por emblema algún tipo de arma. Es de recordar, por supuesto, que Yahveh fue primitivamente un "Dios de la Tormenta", y por ende, es natural que tenga como atributo el arco. Por cierto, como de costumbre, estos versículos son una reiteración de los versículos 21 y 22 del capítulo 8, pero ahora mucho más extensos, para hacer decir mucho más a Yahveh. En el Yavista, la promesa de Yahveh es un acto de misericordia: "Nunca más volveré a maldecir la tierra por culpa de los hombres". En cambio, el Sacerdote aprovecha la ocasión para introducir a mansalva una serie de mandatos, algo muy típico de la mentalidad de este misterioso redactor bíblico, pero que no aparece por ninguna parte en la versión del Yavista. Así, según el Sacerdote, Yahveh aprovecha de prohibir carne con sangre, "porque en la sangre está la vida" (he aquí por qué el Sacerdote no considera vivas a las plantas, y por ende, las cree perfectamente capaces de sobrevivir al Diluvio Universal, aunque según la ciencia moderna, eso sería imposible).

Los versículos 28 y 29 también son añadido del Sacerdote, y mencionan la muerte de Noé, a los 950 años de edad (según el Sacerdote).

23 septiembre 2007

TRAS LA BIBLIA (8): FIN DEL DILUVIO (GÉNESIS 8).


Este capítulo es también un salpicón de dos textos, el original del Yavista y las interpolaciones del Sacerdote. El Sacerdote no resistió la tentación de alterar algunos hechos, el más notorio de los cuales es la duración de la gran inundación. El Yavista no alude a esto, pero menciona que el Diluvio mismo duró cuarenta días con sus noches. El Sacerdote, sin embargo, añade el detalle de que las aguas empezaron a bajar recién durante el día 150. Además, fechando el inicio del Diluvio (Génesis 7:11) y su final (Génesis 8:14), da a entender que la historia completa duró un año cabal.

La historia de la paloma de Noé es más o menos como todo el mundo la conoce. Pero hay un detalle irónico. La prueba suprema de que las aguas han bajado, es cuando la paloma aparece con una rama de olivo. Para la mentalidad moderna, esto es una aberración: ninguna planta terrestre sería capaz de sobrevivir cuarenta días bajo el agua salina, menos un año si se considera el tiempo planteado por el Sacerdote, de modo que la paloma no hubiera descubierto ninguna rama de olivo. Pero debe tenerse presente que en la época no se consideraba que las plantas fueran seres vivos. Se esperaba que sobrevivieran, de la misma manera en que lo haría un pedazo de piedra.

La historia termina con una sencilla mención al arrepentimiento de Yahveh, y su subsecuente promesa de que no volverá a enviar una destrucción tan catastrófica sobre los seres humanos, algo que es muy del talante del Yavista, para quien, como dijimos, Yahveh puede ser muy cruel, pero también muy misericordioso. Irónicamente, no se menciona por parte alguna el famoso arco iris (en realidad esto es un añadido del Sacerdote, como mencionaremos en el capítulo 9).

TRAS LA BIBLIA (7): EL DILUVIO UNIVERSAL (GÉNESIS 7).


La historia del capítulo 7 del Génesis es bien conocida: Noé ingresa al arca con su familia, y con dos animales de cada especie, después de lo cual sobreviene el Diluvio Universal. Sin embargo, su redacción es complicada. Esto se debe a que sobre el relato original del Yavista, se superpusieron varios pedazos obra del Sacerdote. En general, el esquema versículo por versículo es el siguiente:

1-4. YAVISTA: Yahveh anuncia el Diluvio Universal a Noé e imparte instrucciones. El Sacerdote duplicó a conciencia este pedazo, en Génesis 6:14-22, alargando las instrucciones de manera absurdamente reglamentarista, pero sin añadir nada realmente de interés.

5-6. SACERDOTE: Noé obedece. Y tiene 600 años. Recordemos que el Sacerdote es aficionado a las edades hiperbólicas, como los 969 años de Matusalén.

7-10. YAVISTA: Lo mismo: Noé obedeciendo (los versículos anteriores son, por tanto, una duplicación inútil del Sacerdote).

11-16. SACERDOTE: No contento con afirmar que Noé obedeció, el Sacerdote vuelve a reiterar lo mismo. Resulta curioso observar retazos de la cosmología hebrea aquí: fluyen los manantiales del fondo del océano, y también se abren "las compuertas del cielo". Recordemos que en la cosmología hebrea, el cielo es azul porque encima de la bóveda celeste hay un océano.

17. YAVISTA. El Diluvio Universal cae cuarenta días. Esto ya lo había expresado el Sacerdote en Génesis 7:12, pero como el Sacerdote es posterior al Yavista, resulta que éste es el versículo original.

18-21. SACERDOTE. Otra reiteración inútil. El Sacerdote condimenta un poco el relato del Yavista sobre la subida de las aguas.

22-23. YAVISTA. La sección gore de la historia: todo ser vivo fuera del arca perece.

Como puede apreciarse, hay un texto mítico base, escrito por el Yavista, que sigue más o menos el patrón de la Epopeya de Gilgamesh. Sobre este texto, el Sacerdote hizo una serie de interpolaciones, destinadas a reafirmar a Yahveh como un dios legalista y obsesionado con reglamentarlo todo, y además desarrollando algunos aspectos del texto para hacerlo un poco más narrativo si cabe, aunque con resultados dudosos.

16 septiembre 2007

RELIGIÓN EN EVOLUCIÓN (6000 AC): CATAL HUYUK.


[IMAGEN SUPERIOR: Gran Diosa Madre de Catal Huyuk, sentada en su trono. Es probablemente Catal Huyuk el lugar en el cual se catalizó la conversión desde la adoración de la naturaleza, al primer culto teísta, comandado por la Gran Diosa].

Milenios antes que Egipto y Mesopotamia, existía ya la civilización urbana. De manera rudimentaria, es cierto, pero con todas las características propias de las grandes culturas posteriores. El más desarrollado de estos centros en la época neolítica fue Catal Huyuk. Esta ciudad tenía la característica inusual de que sus casas estaban pegadas unas a otras, y por lo tanto la ciudad carecía de calles. Sus habitantes, para desplazarse por la ciudad, iban de techo en techo, por una red de escaleras, ingresando a sus hogares por esos mismos techos, algo bastante explicable considerando lo fácil que era defender la ciudad en esas condiciones. Sus primeros antecedentes pueden rastrearse hacia el año 7500 AC, pero ya hacia 6000 AC era una ciudad consolidada que alcanzaba la cifra inusualmente alta para la época, de 8000 habitantes. En ella era posible encontrar una buena proporción de cazadores, pero ya se estaban dando los pasos para la domesticación de la oveja. Además, desarrollaron la agricultura. El producto más típico de la región fue la explotación de la obsidiana, una piedra volcánica con la cual hacían cuchillos, pedernales, y también espejos que, para sorpresa de los arqueólogos, hasta el día de hoy se mantienen pulidos y son capaces de reflejar. A pesar de su antigüedad y lo básico de su sociedad, esta cultura no tenía nada de primitivo: habían conseguido, entre otras cosas, desarrollar líneas comerciales que se extendían incluso hasta Siria.

Desde el punto de vista religioso, llama poderosamente la atención el elaborado ritual funerario que llevaban a cabo. Los muertos eran llevados a grandes torres en las afueras de la ciudad, en donde los buitres se encargaban de los restos mortuorios. Una vez limpios los huesos, éstos eran recogidos por los deudos y llevados al interior del hogar (no tenían, por tanto, cementerios), en donde eran ubicados en el interior de grandes muebles o arcones, que servían al mismo tiempo como sillas, mesas o camas. De esta manera, los habitantes de Catal Huyuk conservaban a sus muertos consigo, quizás buscando la protección mágica que pudieran brindarle sus antepasados.

Las ruinas de Catal Huyuk conservan también un riquísimo legado artístico. Gracias a éste, sabemos bastante sobre su religión. El culto de la Gran Diosa Madre, propagado desde el Neolítico por todo el mundo desde las Islas Británicas hasta la India, encontró concreción en Catal Huyuk. Es posible que ésta ciudad haya sido el lugar geográfico en el cual se dio la transformación clave, de considerar a las mujeres en general como seres semidivinos o mágicos, a diosas por derecho propio, configurando por tanto el Culto a la Diosa Madre, tal y como se lo conocerá en épocas históricas posteriores. También se asocia a la Gran Diosa Madre la figura del toro, como animal símbolo de la fertilidad, algo congruente con el desarrollo gradual de la agricultura en el asentamiento. En cuanto a los dioses masculinos, éstos brillan por su ausencia. La Gran Diosa Madre y el toro, combinados en un único ritual, pasarán a la posteridad como el gran legado religioso que Catal Huyuk entregará a todo el Medio Oriente.

En cuanto al asentamiento mismo de Catal Huyuk, éste irá decayendo poco a poco durante el V Milenio, por razones aún no del todo claras, en beneficio de las regiones civilizadas de Palestina, Siria y Mesopotamia, en particular esta última. Con lo que la historia religiosa mundial se desplazará también en esa dirección.

TRAS LA BIBLIA (6): LOS NEFILIM Y EL CAMINO AL DILUVIO (GÉNESIS 6).


El capítulo 6 del Génesis es complicado, porque a la versión original del Yavista se superpuso un extenso fragmento por obra del Sacerdote. Al Yavista pertenece el famoso pasaje de los "hijos de Dios y las hijas de los hombres", muy característico de su cosmovisión en la que Yahveh no es la única criatura sobrenatural, sino que además hay bestias parlantes y ángeles rondando. Estos hijos de Dios son conocidos también como los nefilim. La Biblia habla de "gigantes" y de héroes famosos.

La intencionalidad del Yavista no es clara. Es posible que haya intentado compendiar una serie de material mitológico corriente en su época, quizás influido por la Epopeya de Gilgamesh, reduciéndolo todo a una breve mención (los nefilim). Se le adjudica a este pasaje un sentido moral: la irrupción de los nefilim se corresponde con el aumento de la maldad en la Tierra. Aunque cabe preguntarse si el Yavista tenía esta correspondencia a la vista. Como sea, la historia de los nefilim sirve para entroncar derechamente con el castigo que Yahveh enviará a la Tierra: el Diluvio Universal. Por cierto, nótese que el pecado de los nefilim es, para variar un poco, de carácter sexual: son los nefilim quienes encuentran hermosas a las hijas de los hombres y buscan desposarse con ellas...

Hay también otra interpretación que podríamos señalar como más sociológica. Según ésta, encontramos aquí una velada denuncia de los matrimonios entre clases sociales, ya que los hijos de los nobles y aristócratas ("hijos de Dios") habrían degenerado su propia condición amancebándose con doncellas proletarias ("hijas de los hombres"). Apoya esta interpretación, el hecho de que hablar de "hijo de hombre" en la Biblia es una metáfora para referirse a los propios seres humanos, y por tanto las "hijas de los hombres" serían simplemente las mujeres, el común o vulgo de ellas. Sin embargo, si bien es una explicación atendible, tampoco existen pruebas que la corroboren de manera contundente.

Los versículos 9 a 22 son indiscutiblemente del Sacerdote. Y aunque no lo fueran, es claro que los redactó alguien quien no era el Yavista, porque los versículos 11 a 13 reiteran en parte, de manera innecesaria, lo planteado en los versículos 5 a 7 (la maldad de los hombres crece, y por tanto los hombres deben ser castigados). Además, su redacción tiene una calidad literaria inferior. Y por si fuera poco, el Yahveh de estos versículos da una serie de detalladas instrucciones sobre la forma, estructura y dimensiones del arca de Noé, puntillismo muy propio del Sacerdote.

Por cierto, se ha debatido mucho sobre cómo el Diluvio Universal contradice la bondad de Yahveh, en particular considerando que si Dios es todopoderoso, entonces debió prever que los hombres serían débiles y se tornarían hacia el mal. Pero esto es ver el texto bíblico desde nuestra óptica cristiana, basada en el "Dios es amor". Para el Yavista, autor del texto de base, Yahveh está configurado a la manera de los dioses paganos, que pueden ser muy amables y comprensivos, pero también sumamente duros y despiadados, y todo esto a capricho. Esta concepción es común a la época, y no sólo entre los hebreos, porque se basa un poco en la imagen de los monarcas absolutos como el Faraón o los reyes suméricos y babilónicos, que efectivamente solían gobernar más o menos a capricho. Para el Yavista, Yahveh puede ser misericordioso (a veces), pero no es intrínsecamente bueno. Para el Sacerdote, por su parte, Yahveh es un dios de justicia, no de bondad. Puede que el Diluvio Universal haya sido una despiadada operación de genocidio, pero había justicia en barrer el mal de la Tierra, en concepto del Sacerdote, y por lo tanto es lógico que Yahveh tomara una actitud como ésta.

Terminemos señalando que la fuente del Diluvio Universal es la Epopeya de Gilgamesh, poema babilónico bastante anterior al texto del Yavista (un milenio, al menos). En la Epopeya figura un personaje secundario llamado Utnapishtim, reflejo a su vez de un personaje mítico sumérico aún más antiguo llamado Ziusudra, que fue prevenido por el dios Ea de una futura inundación por parte de los dioses (también para borrar la maldad humana), y que por tanto construye un arca para salvarse. Hay también una versión del Diluvio Universal en la mitología griega, a cargo de Deucalión y Pirra, pero estos personajes parecen casi insertados en el contexto general de los mitos griegos, por lo general bien engrasados unos personajes con otros, por lo que muchos sospechan que el mito de Deucalión y Pirra es una importación tardía desde el Medio Oriente, y no una historia mítica original griega.

09 septiembre 2007

TRAS LA BIBLIA (5): DESCENDIENTES DE ADÁN (GÉNESIS 5).


El capítulo 5 del Génesis no tiene ninguna ciencia. Es un injerto del Sacerdote, falto de todo carácter literario, que no es sino una genealogía de descendientes de Adán. El Sacerdote, obsesionado con el legalismo a ultranza, es aficionado a esta clase de menciones. La intencionalidad es oscura, en particular por haberle asignado a cada miembro de la cadena genealógica edades tan superlativas. Esta era, por cierto, una práctica habitual en el Medio Oriente. Las crónicas babilónicas, por ejemplo, atribuyen a sus reyes más antiguos una longevidad que se cuenta ya no por cientos de años como el relato bíblico, sino de miles, e incluso decenas de miles de años. Aún así, hay cosas que rescatar. Se conserva aquí la mención a Enoc, el primero de los seres humanos en ser llevado por Yahveh consigo (después vendrán Moisés, Elías, etcétera). Este Enoc, hijo de Caín, no debe ser confundido con Enos, el hijo de Set, aunque ambos son nietos de Adán, según la Biblia.

También aparece Matusalén y su récord de longevidad de 969 años, el más largo de toda la Biblia.

Huelga decir que nada del contenido de este capítulo puede ser cotejado con ningún hecho histórico o arqueológico del que tengamos noticia, y por tanto, pertenece al terreno de la pura mitología.

TRAS LA BIBLIA (4): CAÍN Y ABEL (GÉNESIS 4).


El cuarto episodio del Génesis refiere la historia de los hijos de Adán, incluyendo a los célebres Caín y Abel. Caín y Abel se dedican a actividades distintas. Caín se hace agricultor. Abel, por su parte, se hace pastor. Resulta que Yahveh miraba con agrado que le sacrificaran carne y grasa, y le molestaba que le sacrificaran granos, por lo que favorecía a Abel sobre Caín. Por lo que Caín, llevado por los celos, embosca a Abel y lo mata. Al ser confrontado por Yahveh, Caín se ve obligado a emigrar, fundando la primera ciudad. Los descendientes de Caín van fundando progresivamente la civilización: Jabal es padre de los ganaderos, Jubal de la música, Tubalcaín de la forja de metales. El capítulo culmina con la mención del nacimiento de Set, el tercer hijo de Adán y Eva, al cual después vino otro hijo, Enós (que no es el Enoch secuestrado por Yahveh, quien aparece un poco más allá).

Este relato ha originado varias dificultades, en particular porque durante mucho tiempo abonó la posibilidad de la existencia de los "preadanitas", ya que si Adán y Eva eran los primeros progenitores, ¿de dónde salieron las esposas de Caín y Set...? Las leyendas hebreas clásicas lo explicaban diciendo que Caín había tenido relaciones sexuales con Lilith, una mujer demonio, y que de la unión de ambos descendería el género humano, lo que de paso explicaría la naturaleza al menos medio maligna de los humanos. Sin embargo, dicha tradición no fue recogida en la Biblia. Este debate está hoy por hoy superado, claro está, ya que se sabe que los seres humanos no descienden de un mítico Caín que habría vivido hace 6000 años, sino de los primates que vivían en Africa hace unos 20 o 25 millones de años, por medio de un proceso de evolución gradual y de selección natural, y no por acto de creación divina.

Volviendo a la Biblia, la comprensión de este texto es difícil porque su intencionalidad se nos escapa. Hay un eco de la disputa entre ganaderos y agricultores aquí. El agricultor requiere una existencia sedentaria y tiende a poner cercas a sus terrenos. El ganadero es nómade, o seminómade al menos, y las cercas le estorban para llevar su ganado. Históricamente, los ganaderos tienden a ser arrinconados por los agricultores, porque al ser sedentarios, pueden acumular riquezas que se traducen en armas y hombres para la guerra. En el relato bíblico, es Caín el agricultor quien vence a Abel el pastor, y como consecuencia, funda la civilización (él y sus descendientes). Pero a su vez, todo esto es visto como un castigo de Yahveh por el asesinato de Abel. O sea, los "malos" fundan la vida en civilización, y el "bueno" es el pastor... Es posible que esto tenga algo que ver con el hecho de que los primeros hebreos eran precisamente pastores, probablemente salidos del Desierto de Arabia, y que este relato sea una versión de una leyenda aún más antigua. La idea de la civilización como castigo conecta bien con el bíblico "ganarás el pan con el sudor de tu frente", que el Yavista ha puesto en boca de Yahveh dirigiéndose a Adán. (Génesis 3:19).

02 septiembre 2007

RELIGIÓN EN EVOLUCIÓN (10.000 AC): FIN DE LA EDAD DE HIELO Y SURGIMIENTO DE LA AGRICULTURA.


[IMAGEN SUPERIOR: Representación de la "Mahadevi", la Gran Diosa de las creencias hindúes. La Gran Diosa puede presentarse en varias facetas distintas, sea como la bella y benigna Lakshmi, o sea como una destructiva fuerza natural bajo la advocación de Kali. Por debajo de estas manifestaciones, la Mahadevi es en realidad una sola diosa, o mejor dicho, es uno con Brahma, su contraparte masculina. La Mahadevi es asociada también con los rituales de fertilidad, una prerrogativa que ha conservado desde los tiempos de la adoración irrestricta de la Gran Diosa Madre en toda Eurasia].

Probablemente, el evento más importante de toda la historia humana sea el inicio del Holoceno, hacia 10.000 AC, fecha en la cual los glaciares se retiraron de la faz de la Tierra, con la excepción de dos grandes focos (Groenlandia y la Antártica). Durante mucho tiempo se creyó que esto favoreció un medio ambiente más favorable, pero hoy en día dicha tesis suele ser discutida. Parece que las alteraciones climáticas subsiguientes originaron sequías y cambios en la población de animales para ser cazados, lo que obligó a recolectores, cazadores y pescadores a buscar nuevos medios de subsistencia. El gran paso se dio cuando el ser humano dejó de ir a buscar simplemente el alimento a la naturaleza (recolectándolo, cazándolo o pescándolo), para producirlo mediatne su propia tecnología y en condiciones más o menos controladas. Este método fue la agricultura, y su implantación provocó a la larga una serie de cambios sociales, que arrojaron al ser humano por el camino de la civilización, con todo lo bueno y lo malo que esto conlleva.

En el plano religioso, el culto debió ajustarse a las nuevas condiciones agrícolas. El agricultor se vio mucho más constreñido al ciclo anual de las estaciones, lo que reforzó la idea de un dios o una diosa supremos que se revelan a sí mismo en la naturaleza. Además, al surgir la posibilidad de la acumulación material de riquezas, por obra del sedentarismo, los hijos y el linaje pasaron a tener mayor importancia, y con ello, las mujeres que los parían. El resultado de esto fue toda una ironía, porque a medida que las mujeres se hacían más valiosas, surgieron una serie de normas y regulaciones para que los hombres pudieran encadenarlas. El matrimonio surge en esta época, y no tiene nada que ver con el romanticismo, sino con la necesidad de crear un contrato legal que otorgara legitimidad jurídica a ciertos hijos, aquellos que provenían del matrimonio, por encima de los ilegítimos o bastardos, para así de esta manera concentrar las fortunas en la descendencia propia y descartar a quienes no son descendientes carnales de los varones. Como correlato de este proceso, los dioses masculinos empezaron a cobrar mayor importancia, y principió así el eclipse de las diosas femeninas.

El dios masculino asumió primeramente la forma del Dios Muriente. El dios masculino es presentado como hijo y amante de la diosa, y muere trágicamente para simbolizar la llegada del invierno. Pero la piedad y el amor de la diosa lo resucitan, lo que simboliza la llegada de la primavera, y con ello el ciclo vuelve a empezar. Poco a poco, los dioses masculinos irían ganando nuevas cotas de poder, y con ello, la Gran Diosa Madre iba a quedar más y más relegada a un segundo plano.

TRAS LA BIBLIA (3): LA CAÍDA (GÉNESIS 3).


Todo el mundo cree que conoce bien la trama de este pasaje. Lo increíble es que la gente hace una serie de asunciones que no se corresponden en absoluto con el detalle de lo que aquí refiere la Biblia. Veamos.

La Serpiente se dirige a Eva y, tras una breve conversación, la convence de morder el fruto prohibido. Eva cae en la trampa ("sereis como dioses"), y no sólo hace caso, sino que además, convence a Adán de hacer lo propio. En respuesta se les abren los ojos, descubren su propia desnudez, se esconden, y por eso Dios descubre lo que ha pasado. En su rabieta, decide expulsar a Adán y Eva del Paraíso Terrenal.

Como decíamos, es increíble la cantidad de asunciones que la gente hace sobre la historia. En primer lugar están los detalles anecdóticos. Siempre se simboliza el fruto prohibido como una gran y rozagante manzana. Sin embargo, de leer atentamente el texto bíblico se desprende no sólo que no se menciona ninguna manzana por parte alguna, sino que además, dicho fruto prohibido quedó vedado para siempre al ser humano, en el Paraíso Terrenal, y por ende no puede ser ningún fruto que conozcamos.

En segundo lugar, ¿quién es el Tentador? La respuesta de la Iglesia Católica es clara: Satanás. Y sin embargo, si se lee atentamente este pasaje, se descubre que no es así. La Serpiente es simplemente la Serpiente. ¿En dónde se menciona que la Serpiente es Satanás disfrazado? Sospechosamente hay un solo autor bíblico que relaciona a ambos personajes, y éste no es el Yavista, quien redactó la versión original de esta historia. Este autor bíblico es Juan el Anciano, escritor del Evangelio de Juan y del Apocalipsis, quien identifica explícitamente a la Bestia (la del número 666, para entendernos) con Satanás y... la serpiente antigua (véase Apocalipsis 20:2). El punto es que Juan el Anciano escribió su texto casi un milenio después del Yavista, en un contexto cultural completamente diferente... por lo que la identidad de la Serpiente con Satanás no puede achacársele al Yavista, en ninguno de cuyos textos, por otra parte, aparece Satanás como personaje (el Yavista escribió en el siglo VIII a.C., y Satanás ingresó a la mitología hebrea por influencia de Babilonia durante el Cautiverio, en el siglo VI a.C.). Por ende, afirmar que la Serpiente es Satanás no es más que una dolosa manipulación intelectual cristiana.

La Serpiente, desde antiguo, debido a su forma, y a su capacidad de mudar la piel, es símbolo de regeneración y resurrección. De ahí que se la asociara desde antiguo a la Gran Diosa Madre. Quizás su infiltración en la Biblia es una caricatura machista: una manera de decir que el símbolo de la Diosa Madre (identificada en Canaán con Aserah, en Fenicia con Astarté y en Babilonia con Ishtar) es la que perdió a la Humanidad protegida por Yahveh, el dios masculino y patriarcal. No debe olvidarse que el Yavista escribió en tiempos de la consolidación de la tradición profética, y una de sus consecuencias fue el surgimiento de la rampante misoginia que caracteriza a la mayor parte de los textos bíblicos.

Por otra parte, el esquema bíblico no es en absoluto exclusivo. En numerosas otras tradiciones míticas se presenta la tríada Creador - Criatura - Embaucador. El Embaucador no necesariamente es un dios, pero es alguien que por celos o envidias, provoca la perdición del hombre. En algunas tradiciones míticas norteamericanas, por ejemplo, este papel corresponde al Coyote. En los mitos griegos, la embaucadora es Pandora, que esparce los males sobre la Humanidad, como contraste a Prometeo el benefactor. Entre los germanos, el papel de embaucador le cabe a Loki, el dios del fuego, quien mediante engaños consigue la muerte de Balder, el dios de la luz. Como se desprende, el embaucador puede ser un dios (Loki), una criatura sobrenatural, pero no un dios (Pandora), o una simple bestia parlante (el Coyote o la Serpiente). Lo importante es su rol: el embaucador impide la inmortalidad del ser humano, y por tanto garantiza la entrada del mal en el mundo.

Otro detalle curioso es que no había uno sino DOS árboles prohibidos. Uno de ellos es el Arbol del Conocimiento del Bien y el Mal; de éste comieron Adán y Eva. El otro es el Arbol de la Vida. Yahveh reflexiona explícitamente, al expulsarlos, que por suerte no comieron del segundo, o habrían llegado a ser inmortales (Génesis 3:22).

Finalmente, mencionemos que en un bello pasaje de su libro "El miedo a la libertad", el psicólogo Erich Fromm toma el mito de la caída de Adán y Eva como metáfora del instante de la infancia en que el ser humano deja de ser uno con el mundo, y pasa a tomar conciencia de sí mismo.